miércoles, 17 de marzo de 2010

Cabreada

Odio a la gente que reivindica cosas porque sí, sólo porque tienen el derecho de expresarse. Odio las quejas vacías de contenido, la incapacidad de diferenciar lo absoluto de lo relativo, los discursos exaltados que sólo tienen eso: exaltación.
Odio la incapacidad de debatir educadamente, la impaciencia y ansiedad argumentativa, la falta de respeto y de paciencia para escuchar.
Odio esa postura generalizada de "soy activista porque mola", y ese ofenderse si se critican sus frases mal redactadas.
Me exaspera la incoherencia de presumir de lo que se carece, y el abuso de generalismos, el no hacer esfuerzos por enfocar lo particularmente solucionable.
Odio, odio, odio tener que vivir esto cada tarde junto a una pandilla de treintañeros inmaduros y maleducados, en una constante pérdida de tiempo.

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