Las servilletas de papel eran importantes. Aunque sólo las de las cafeterías. Yo siempre llevaba un bolígrafo encima, o varios, y disfrutaba alargando el café lo máximo posible y escribiendo cualquier cosa.
Tenía una pequeña colección de servilletas garabateadas.
Hace años me regalaron una libreta. No he conseguido todavía llenar todas sus páginas, porque un día, sin razón aparente, dejé de escribir en ella. En realidad, creo que dejé de tener palabras revolviéndose en mi bolígrafo.
Ahora se acabaron las libretas, con lo que me gustan. Si este experimento no funciona, volveré a las libretas.
Tenía una pequeña colección de servilletas garabateadas.
Hace años me regalaron una libreta. No he conseguido todavía llenar todas sus páginas, porque un día, sin razón aparente, dejé de escribir en ella. En realidad, creo que dejé de tener palabras revolviéndose en mi bolígrafo.
Ahora se acabaron las libretas, con lo que me gustan. Si este experimento no funciona, volveré a las libretas.
Servilletas de papel. Eran como la juventud, “divino tesoro”. Siempre había una cerca, y siempre, siempre, había algo que escribir en ellas. Pasaron a ser el aderezo del café, la esencia de ese rato y la justificación de…del tiempo, el momento, la persona. Servilletas de papel, que raro, pues cuanto más austeras, más inspiraban al bolígrafo y la mano. Servilletas de papel, que recuerdo, sólo se borra la tinta de la historia de su vida. Servilletas de papel, un pedazo de mi, de nuestra vida.
ResponderEliminarlas libretas me gustan, pero me fastidida que nadie las lea, y las servilletas son como románticas, pero se rompen fácil...no sé que decirte.
ResponderEliminartu sigue escribiendo, que alguien lo leerá, y por lo menos ayuda
Tenía ganas de leer tu primera entrada... suelen explicar un poco el porqué del blog, aunque con el tiempo va variando...
ResponderEliminarYo también tenía un libro; muy bonito... en el que solia escribir. Empecé con el blog el año pasado y comenzó con perfil privado; siempre he sido muy protectora de mi pensamientos... pero resulta q a los tres días de abrir el blog ya tenía 2 seguidores, y conversando un poco con ellos llegamos a la conclusión de que al saber que hay alguien leyendonos nos obligamos a organizar un poco esas ideas que tenemos en la cabeza para asegurarnos que quien los lea pueda almenos entendernos; y eso era algo que nunca tendría con mis libros.
Aunque llevo muy poco tiempo con el blog y en comparación con los demás blogs que sigo el mío es pequeñito... me halaga que hayan personas que se tomen el tiempo para dedicarle unos minutos a las tonterias que escribo, y con sorpresa he terminado haciendo buenas migas con algunos de ellos.
.. no se porqué t cuento todo esto; me hacía ilusión!.
Abrazos desde el Caribe!
:D
Gracias, caribeña! A mí también me hace ilusión que alguien me lea. De hecho, nunca escribo si no sé que lo van a leer...
ResponderEliminarUn abrazo.
Se ha perdido el encanto de garabatear en las sevilletas de papel... Pero si hablaran cuantas historias podrían contar?
ResponderEliminarSeguro que tantas como lo hará tu espacio.
Hoy ganaste un seguidor! Gracias por invitarme a venir comentando en mi blog.
Me quedo ;D
Mi tercer seguidor, qué honra! Gracias!
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