viernes, 12 de marzo de 2010

Café


Tengo sueño.

Tengo tanto sueño que mi cuerpo no me responde. Me encanta esa sensación durante el desayuno, cuando puedo tomármelo con todo el tiempo del mundo. Estar sentada remoloneando frente a la taza de café, quedarme medio dormida con los ojos abiertos. Me gustaría mucho más si pudiera volver a la cama y ponerme un poco de música para terminar de despertar. O para terminar de dormirme...

4 comentarios:

  1. por qué será que los cinco minutos de más en la cama son mejores que toda la noche de sueño?y sin embargo taaaaan estresantes.
    Hace mucho que no tengo un sábado para mi, para poder hacer eso, desayunar largamente y volverme a la cama con mi música a cuestas...que ganas chorva!

    ResponderEliminar
  2. uf!! y yo qué... no es que haga mucho tiempo que no tengo un sábado de esos. Es que me parece que va a pasar muuuuuuuuuuucho tiempo más hasta que pueda tener un sábado de esos.

    y se me olvidó decir con la persiana abierta que me gusta la habitación inundada de luz matutina.

    ResponderEliminar
  3. Pero esos desayunos mejor acompañada no? jeje...
    ;)

    ResponderEliminar
  4. Pues sí, es buena idea, Pulgacroft. Pero de momento, lo importante será conseguir uno de esos desayunos antes de que me haga vieja.
    Lo de la compañía es otro cantar...

    ResponderEliminar

Escribe en la servilleta