martes, 20 de abril de 2010

París, en el Jardin des Plantes

Su vista se ha cansado tanto de ver pasar

los barrotes, que no retiene nada.

Le parece que hubiera mil barrotes

y tras los mil barrotes ningún mundo.



El suave andar, de pases elásticos y fuertes,

que se vuelve en el más mínimo círculo,

es cual danza de fuerza en torno a un centro,

donde aturdida está una gran voluntad.



Sólo a veces se aparta, sin miedo, la cortina

de la pupila... Entonces una imagen penetra,

atraviesa la calma en tensión de los miembros...

y deja de existir dentro del corazón



R.M.Rilke

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